A medida que
aumenta el poder
del hombre sobre la naturaleza y aparecen
nuevas necesidades como consecuencia de la vida en sociedad,
el medio
ambiente que lo rodea se deteriora cada vez más. El
comportamiento
social del hombre, que lo condujo a comunicarse por medio del
lenguaje,
que posteriormente formó la cultura humana, le permitió
diferenciarse
de los demás seres vivos. Pero mientras ellos se adaptan
al
medio
ambiente para sobrevivir, el hombre adapta y modifica ese mismo medio
según sus necesidades.
El progreso tecnológico, por una
parte y el
acelerado crecimiento demográfico, por la otra, producen la
alteración
del medio, llegando en
algunos casos a
atentar contra el equilibrio
biológico de la Tierra. No es que exista una incompatibilidad
absoluta
entre el desarrollo
tecnológico,
el avance de la
civilización y el
mantenimiento del equilibrio ecológico, pero es importante que
el
hombre sepa armonizarlos.
Para ello es
necesario que proteja los
recursos renovables y no renovables y que tome conciencia de que el
saneamiento del ambiente es
fundamental
para la vida sobre el planeta.